jueves, 2 de diciembre de 2010

VII A veces...

A veces, todo parece oscuro.
Nos sentimos mal,
Atrapados por un muro
que nos aleja del bienestar,
y nos rodea, volviéndonos confusos
y haciéndonos callar en soledad.

A veces la meta se aleja,
y tropezamos en el camino.
A nuestro paso se abre una grieta,
y creemos que ahí está nuestro destino.
O nos abate una tormenta,
y comenzamos a pensar que hemos perdido.

A veces, a veces.
Muchas veces se piensa,
que no se puede.

A veces, a veces.
Muchas veces caemos en el error
de negar lo que se sueñe.

A veces, a veces.
Muchas veces no vemos el sol
y nos abandona la suerte.

Ahora imagina lo siguiente:
estás en el suelo, sin moverte.
Alguien viene, y su mano te ofrece.
Te niegas a levantarte,
¿De qué sirve luchar si vas a volver a caerte?
Te preguntas al instante.

Ahora no imagines. Reflexiona. Abre tu mente.
La vida es lucha. Nuestro destino, la muerte.

No sabemos por qué estamos aquí.
Ni siquiera yo, que esto te estoy recitando.
No escogimos ninguna vida, pero podemos decidir,
como dijo Gandalf, qué hacer con el tiempo que se nos ha dado.

Ahora sé que ni cuando ya estoy derrotado debo dejar de luchar.
Ahora sé que seguir levantándome y luchando es lo más hermoso.
Porque en el camino y no en la meta está la felicidad.
Porque así, sea cual sea el fin, me sentiré victorioso.



A veces, a veces, creemos que no se puede.
Pero ahora sé, que eso sólo se piensa,
y que sólo se piensa a veces.
Porque tarde o temprano, se puede.