lunes, 11 de octubre de 2010

V Escondite perfecto.

Soledad, amarga compañera,
caminante sin rumbo
buscando su primavera.

Entre mi espíritu y aquello que busco
se ciernen las tinieblas,
cubriendo los caminos de un viajero confundido
que apenas le queda paciencia.

Incesantes recuerdos reaparecen,
inundan mi cabeza,
nostalgia y sueños arremeten
contra mi puerta,
en vez de aquello que busco,
para que ilumine las rejas
de un corazón inerte
siempre en quiebra.

Amor, tesoro imposible
que huye cuando mi alma se acerca.
Corazón, sentimiento malherido
sorprendido por las penas.

¿Dónde te escondes?
¿Dónde te encuentras?
Te busco, te persigo,
pero ya no tengo fuerzas.
Creo que dejaré de buscar…
quizás así aparezcas.

IV Poder inmaterial

Cada paso nos acerca a algún lugar,
nos atrapa o nos alejan
de la oscuridad.

Cada esfuerzo nos ayuda a caminar,
nos hace fuerte en compañía
o en soledad.

Cada sueño nos guía hacia un despertar,
pero para poder levantarnos
hace falta voluntad.

Cada página que pasamos nos ayuda a comenzar,
a coger lo mejor del pasado,
buscando mejorar.

Cada lágrima que soltamos expulsa malestar,
ira acumulada en el tiempo
que quiere escapar.

Cada palabra que escribo quiere verme rimar,
verme hallar la melodía
y enamorar.

Cada verso que creo quiere revitalizar
a un alma, espíritu que se cansa,
y que pueda luchar.

Cada poema que termino desea cantar,
servir de melodía en duras batallas
y contribuir a la victoria: contribuir a la paz.

Cada buena persona quiere transformar,
con el poder más fuerte, innato,
nuestra arma inmaterial:
el diálogo.


III Esperanza.

Una luz en las tinieblas
una estrella en la noche
una cruz en la niebla
una doncella bajo un porche.

Oscuridad espesa
un alma atrapada,
resplandeciente linterna
que poco a poco se apaga.

Puños que se elevan,
coraje que se escapa
gritos que se liberan
rompiendo la calma.

Una mente que evoca
mejores tiempos de una vida loca.
Un corazón que me recuerda
que el sol sale al final de la tormenta.

Mira hacia el cielo,
¿ves esa estrella?,
siempre ilumina de forma bella.
No tengas miedo,
aunque se interponga la niebla
nunca le alcanza.
Es sólo cuestión de tiempo
que a iluminar vuelva,
pues se llama Esperanza.


II Silencio.

Más vale no malgastar las palabras
pues a interrumpir aprenderás,
provocando que quien quiera decir algo
deba hacerlo a otra velocidad.

Más vale no alzar la voz,
sino esperar el turno para hablar,
pues la medida de la razón
no es quien grita más,
sino quien posee el pudor
y la paciencia para expresar.

Cierra tus ojos,
comienza a escuchar
porque de este modo
conocerás más.

Guarda silencio,
ahora me toca hablar.
Quizás necesite más tiempo,
pero todos tienen su oportunidad.

Tenga paciencia,
aprenda a escuchar
tengo la palabra, el poema,
seas bienvenido a mi realidad.
Toma mis sentidos y siéntela,

pero no interrumpa, guarde silencio,
o de nada servirá.

I Caminante solitario.

El despertar de un nuevo día
sacudía mi moral.
El sol se burlaba y se escondía
en la parte de atrás
de una ventana en la que lucía
su reflejo en el cristal
entreabierto, dejando entrar la brisa,
reemplazando el aire muerto y la oscuridad.

El vacío en mí crecía,
me torturaba la soledad,
mientras el agua fría
terminó por espabilar
a un niño que en sueños aun se perdía
deseando no regresar,
a esa vida,
a ese verano irreal.

Esto jamás lo buscaría
pero ha aparecido al caminar
por este sendero que dividía
la compañía y la soledad.

Aparecen los recuerdos, la apatía
de malos momentos para olvidar,
pero pronto o de forma tardía
esta tormenta nos abandonará.