lunes, 11 de octubre de 2010

I Caminante solitario.

El despertar de un nuevo día
sacudía mi moral.
El sol se burlaba y se escondía
en la parte de atrás
de una ventana en la que lucía
su reflejo en el cristal
entreabierto, dejando entrar la brisa,
reemplazando el aire muerto y la oscuridad.

El vacío en mí crecía,
me torturaba la soledad,
mientras el agua fría
terminó por espabilar
a un niño que en sueños aun se perdía
deseando no regresar,
a esa vida,
a ese verano irreal.

Esto jamás lo buscaría
pero ha aparecido al caminar
por este sendero que dividía
la compañía y la soledad.

Aparecen los recuerdos, la apatía
de malos momentos para olvidar,
pero pronto o de forma tardía
esta tormenta nos abandonará.

4 comentarios:

  1. Para mi este ya es el remate :) buaff me e quedado sin palabras ^^

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  2. Jeje gracias por leerme Angie, estoy deseando que escribas más para poder compensarte :)

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  3. esto es bueno compañero... da gusto encontrar cosas asi

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